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29/11/10

Destinos Entrelazados Capitulo 15: Mi otro Yo



Parecía que el destino quería jugar conmigo después de todo, me había pasado cuatro semanas de mi vida tirado en una cama a la espera de una mujer. Al parecer no era demasiada prueba para el destino. Seguía siendo injusto y hasta inmoral conmigo, ¿Por qué diría yo?
Cuando por fin me había decidió afrontar mis temores amorosos, destapar el disfraz de valiente dejar la cobardía en el baúl y remplazarlo con honestidad a mi corazón y alma.
Cuando todo parecía estar en su completa orbita, tuvo que llegar él y arruinar todas estas semanas de agonía amorosa.
Que crueldad de su parte jugar con su corazón; ella es tan frágil; tan débil. Que más puedo hacer yo que cuidarla, protegerla. Dar mi vida; mi cuerpo; mi alma por la suya.
Estaba dispuesto a dejar todo por su tranquilidad, si tenia que morir lo haría.
Mi corazón latía en sincronía con el suyo, ambos respirábamos el mismo aire. Desde hacia 3 meses mi vida había cambiado tanto. Por fin había encontrado mi verdadero amor y ahora no estaba dispuesto a dejarlo ir.
Ese pensamiento estaba más presente que nunca, más teniendo en cuenta que ella no lo amaba que solo estaba con el por una mera obligación. Él la tenía acorralada, sin salida. Pero yo le daría la salida perfecta
Ya no había ni Edward, ni familia Cullen que me detenga.
La furia se había apoderado de mi razón, de mi compostura, de a poco mi visión se iba nublando hasta llegar a la más profunda oscuridad. Mi peor lado, mi verdadero yo quería salir.
La esencia de mi existencia, el momento más esperado en la vida de un Quileute.
Mi padre, mi madre ya habían pasado por este trance ahora me tocaba a mí.
El temblor de hacia unos días no era nada comparado con el torbellino que hacia estragos en el interior de mi cuerpo. El calor de mi piel había superado cualquier contacto físico aparente, sentía que podía quemar a cualquiera que se atreviera a tocarme.
Maneje como pude hasta mi casa, a pesar de que la distancia entre ambas casas era inmensa, no lo note en lo absoluto. La velocidad con la cual manejaba la moto horrorizaría a mi madre, al grado de que quizá después de este altercado no me dejara manejarla jamás. Pero que más daba, quería llegar cuanto antes. Deseaba hablar con mi padre y el resto de la manada quería destrozar a Martín cuanto antes.
De a poco la furia se fue transformando en nerviosismo, y con ella se llevaba de a poco el niño que era, el pequeño de mi madre. Mi inocencia se había fugado junto a la crueldad de Martín.
Había quitado todo ápice del muchacho que era.
Me arroje de la moto, casi en funcionamiento, mi cuerpo temblaba más que una coctelera de Martini.
Estaba realmente nervioso, el temblor estaba más agudizado que antes. Baje de la moto y la azoté contra el piso, estaba verdaderamente furioso conmigo mismo y con Seth por a verme interrumpido.
Si no hubiera sido por él de seguro se le hubiera acabado la vida inmortal en ese preciso instante.
Seth se acercó por la espalda, con el afán de querer contenerme pero quite de mí su mano que sujetaba mi hombro.
-Déjame… - sostuve el aliento, el dolor se había alojado en mi pecho.- me hubieras dejado acabar con él de una vez.-
-No seas necio, Nehuen; en tu condición humana nada hubieras podido hacer.- Humano o no debía acabar él cuanto antes.
-Necesito, caminar solo.- me aleje de Seth, con el cuerpo aun temblando de tanto nerviosismo, la furia recorría en mi interior, el fuego se había trasladado del centro de mi ser hacia fuera.
Corrí, me aleje lo más que pude cuando de golpe ese fuego desapareció, y el temblor fue amainando.
Mi verdadero ser quería salir a flote, quería ver la luz que lo tenia prisionero desde hacia tiempo.
El lobo que se encontraba dormido en mi interior, necesitaba; le urgía; exigía salir de mí cuanto antes.
Deje mis ropajes del niño que afloraba en mí, deje la inocencia y el capricho en un rincón de mi memoria.
Apenas quedaba algo ya del Nehuen que mi madre había educado tan amorosamente.
La furia se había apoderado de todo lo bueno que era.
Corrí en mis cuatro patas lo mas deprisa que pude, experimente por primera vez lo que tanto me habían contado, sobre esta nueva experiencia.
Era tan real todas aquellas anécdotas contadas. Por mis ahora colegas.
Pisar la tierra mojada, y que se incruste en mis patas, sentir como las huellas de mis pies ahora transformados en patas de lobo. Se humedecían, al estar en contacto con la tierra y el musgo del bosque que me veía correr en soledad. Los árboles hablaban con el viento, oía sus gritos de enojo, de susurro con el humano convertido en lobo que atravesaba su territorio.
Los pájaros cantaban, todo era absolutamente diferente. Todo olía diferente, los 5 sentidos se habían agudizado más. Mi olfato, detectaba fragancias y aromas nuevos. Mi vista observaba mas allá de lo que mis ojos de humano podían llegar a ver. El sentido auditivo había aumentado tanto que llegaba a oír el golpe de las olas contra las piedras del acantilado. Me detuve un instante, bebí agua de una pequeña laguna formada por la lluvia caída. En ese momento el reflejo del agua dibujaba un lobo de pelaje color miel. Sin duda mi pelaje era semejante a la de mis padres, con la diferencia que esta era la mezcla justa de ambos colores.
El blanco y sedoso pelambre de mi madre contra el grueso y agresivo color marrón de mi padre.
La mirada de lobo se confundía con la del humano que solía ser. Bebí suficiente agua para seguir un poco más mi camino.
No estaba preparado aun para volver, antes debía hacer algo.
Cruce todo el bosque con una sola idea en mente, destrozar a Martín. Corrí en mis 4 patas hasta llegar a las inmediaciones del límite que nos separaba como lobos de la vida de los Cullen.
Era un novato pero tenia bien claro los acuerdos de la manada. Solo que esta vez destronaría uno de ellos.
Estaba a pasos de llegar cuando, de fondo escuche crujir unas ramas, eso me detuvo y me puso alerta.
Una extraña voz familiar recorrió mi cabeza, en ese momento recordé el chiste ese de que éramos lobos telepáticos. Sonreí en mi interior, la loca idea de poder comunicarme con otros iguales a mí mediante el pensamiento me había sonado casi descabellado. Pero ahora entendía muy bien el concepto de que podíamos comunicarnos a través de nuestras mentes.
-Detente.- no precise dar la vuelta para saber de quien era la voz
-No, lo haré.- dije mientras me acercaba cada vez más a la casa de los Cullen
-He dicho que te detengas, Nehuen.- Mi padre se puso delante de mí obstaculizándome el paso.
-Por una vez en tu vida, déjame actuar como un hombre, deja de protegerme. No soy un niño.- esquive el enorme lobo café y corrí.-
- No es el modo adecuado de solucionar estos asuntos, deja que todos nos encarguemos de esto.- oía en mi mente.-
-Es hora de acabar con él.- rugí como loco, estaba totalmente furioso. Hacia escasos minutos había visto como el imbécil de Martín se había aprovechado de Muriel. Ya era hora de acabar de una vez con él.-
- Sé que te sonara extraño mas viniendo de mí, que soy el menos indicado a la hora de serenarme, mas teniendo en cuenta quienes son aquellos que te provocan semejante rabieta. Que más quisiera yo que dar por finalizado esta invasión de Vampiros a nuestra zona. Que más quisiera yo que acabar de una vez con el clan Cullen.
Pero lamentablemente tenemos; pactos; normas. Que cumplir.-
-Eso no me da ninguna solución, tu comentario no me está solucionando nada.- por un momento deje de lado mi unión, mi compañerismo, el amor que podía tener hacia mi padre estaba tan furioso que había desterrado de mi mente toda migaja de amor que pudiera quedar.
-Lo se, Nehuen.- dijo mi padre.- debes aguardar, no te apresures debemos esperar que actúe y tengo la leve sospecha que mucho no tardara en hacerlo. Solo un paso en falso y será nuestro plato fuerte del día.- sus ojos de pronto se fijaron en un punto fijo a lo lejos. Aun me quedaban algunos metros para llegar a la casa de los Cullen, pero como ya había mencionado mi visión se había agudizado de tal forma que podía ver mucho más allá. Que cualquier humano.
Como si mi padre hubiera descubierto que pasaría en ese instante. Vi como Martín salía de la casa en plena penumbra, el cielo ya se había encapotado y apenas se empezaban a ver las estrellas.
Si su gesto no hubiera sido casi a hurtadillas de todos los que estaban en el interior de la casa, podría llegar a decir que era una salida más de cacería para la sanguijuela.
Pero su modo de actuar fue sospechoso, mire fijamente los ojos de mi padre y presumió al mismo tiempo que algo estaba ocultando.
-Debemos seguirlo.- dijo mi padre.- al menos hasta darle tiempo a los muchachos que ya viene en camino.- de golpe mis oídos se habían puesto mas alertas que nunca. Escuchaba la voz de todos los demás, aunque mis ojos no los estuviera viendo sabia que ellos en poco se harían visibles.
-¿Me pregunto que estará tramando?- dije
- Viendo como salió de la casa, y en la forma que actuó creo saber que no será nada bueno.-
Pusimos marcha al trote, mi padre era verdaderamente veloz. Trate de seguirle el paso pero mi falta de experiencia en esta nueva vida dejaba mucho que desear.
Sigilosamente nos ocultamos detrás de unos árboles y lo pudimos observar desde allí, queríamos asegurarnos primero que estaría haciendo. Si hubiera sido por mi padre o por mí, lo hubiéramos atacado en el mismo instante que salió de la casa de los Cullen, pero al haber tratados y pactos de por medio solo podíamos esperar que diera el mal paso para atacarlo.
Una pareja en un automóvil, seria su perfecta cacería, al perecer ellos se preparaban para tener una noche romántica, típico encontrar esta clase de cosas en esta zona.
Se aproximó al auto, y cuando estaba dispuesto a atacar un mal movimiento de mis patas traseras produjeron ruido a lo que le llamo sumamente la atención, mi estupidez una vez más había atravesado los planes de destruirlo.
En ese momento recordé que hacia aproximadamente unos meses Muriel me había comentado que él estaba demasiado enfermo, que ya no quería alimentarse. Ni de la forma humana ni mucho menos de la forma vampira.
Al parecer había descubierto una más de sus mentiras.
Nuestra idea era tomarlo por sorpresa
Pero mi paso en falso y el ruido arruinaron todo.
Miro hacia arriba buscando de donde venia el ruido, en ese momento se dio cuenta que no estaba solo. Busco en ambas direcciones, olfateó al aire como tratando de reconocer esa aroma, mi aroma. Y echo a correr, al parecer era más cobarde de lo que imaginaba.
Lo seguí por el bosque, su rastro era apestoso, tanto que el ardor en mi garganta y nariz se habían incrementado. Su aroma dulce mezclado con una especie singular de fragancia fuerte me ponía el pelaje de punta.
El rastro se iba alejando de golpe este desapareció en el mar que bordeaba las playas de Forks. El muy cobarde se había sumergido en el mar, dejando su apestoso y mal oliente rastro a orillas del mismo.
Era momento de actuar, debía acudir cuanto antes a la casa de los Cullen y dejar en evidencia a Martín frente a los Cullen. Edward se debía enterar de lo que estaba ocurriendo frente a sus narices.

1 comentario:

paula lopez dijo...

eeeeyyyyy..... buenisimo este capitulo amigaaaaa..!!! no podia creer la brinca de nehuen hacia martinnn....
y su transformacion, lo contaste re lindoooo...
el antes.....el durante y el resultado finall...mi vidaaa....lobo color canelaaa...diosss..!!! jajaja
ya me pongo a leer los demas capiss..
besos amigaaa..
te keiroooo

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